lunes, 10 de noviembre de 2014

01/08/2014

Mutxamel (Alicante) - Casas Ibáñez (Albacete)

Hace seis meses que lo tenía pensado, pero parecía taaan lejano que creí que nunca iba a llegar el día. Y por fin hoy, primero de agosto, cargo la moto con una mochila y lo que me cabe en las alforjas. Según las estadísticas de los informativos, vivo en el umbral de la pobreza. Yo diría más, diría que vivo como las ratas. Pero eso no puede ser un impedimento para salir de Mutxamel (Alicante), ya que si paso otro verano aquí me moriré de asco y aburrimiento. Así que, con tres duros en el bolsillo, me dispongo a recorrer unos 4.000 km en plan vaquero. Subiré hasta Tarragona y de ahí hasta Orense. Después bajaré hasta Cáceres y, bordeando el norte de Andalucía, cruzaré la sierra de Cazorla hasta regresar a Mutxamel. Conduciré a 60-70km/h por carreteras nacionales, secundarias y comarcales, evitando las vías rápidas para ahorrar en gasolina, que está muy cara. Me alimentaré de comida enlatada, sopas de sobre y café, usando mi campingás. Dormir en hoteles, hostales o albergues es un lujo que no me puedo permitir, así que dormiré bajo las estrellas allá donde me pille, en saco de dormir, ya que la acampada libre está prohibida y estoy yo como para pagar una puta multa. Obviamente, las duchas y los baños serán en los ríos y lagunas que encuentre por el camino.



Yo no soy motero, pero hace dos años me cayó esta Honda Shadow de 125cc del cielo y tengo que aprovecharlo.










La primera etapa es hasta Casas-Ibáñez (Albacete), unos 200km y más de cinco horas entre carretera y descansos. Si no fuera por la emoción del viaje, diría que el trayecto ha sido aburrido porque todo era un secarral y hacía un calor de la hostia. Además, me duele el culo de estar tanto tiempo sentado y el sol me ha quemado la nuca, las piernas y los brazos. Me creo un duro espartano pero soy un gilipollas, que no es lo mismo. Mañana no olvidaré ponerme protección solar.



Esta es la ermita de la Virgen de la Cabeza. He tenido que esperar a que el ermitaño cerrara para entrar de estrangis en la pinada de atrás y montar el campamento.









Mi primera noche: las moscas me comieron vivo y, lo que dejaron, lo repelaron los mosquitos.  Lo que le faltaba a mi delicado cutis. Mañana no se me olvidará comprar repelente para insectos.







Mi primer atardecer. Las fotos son de recuerdo, no para concurso, así que la calidad no importa tanto.


MI QUERIDO LECTOR arriba a la derecha están los enlaces de los 26 días que duró el viaje...







3 comentarios:

  1. ¡Vaya aventura! Saliste casi que a lo que resultara, sin preocuparte de detalles que solo en el camino resolvías o aguantabas, como las moscas, mosquitos, el sol y la lluvia.

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  2. Buen inicio. Voy a seguir. (Ah. Soy Paqui Romero de facebook)

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